Esos presentes en calma, junto a la posibilidad de predecir acontecimientos futuros con relativa certeza, ya no existen más. De aquí en adelante, hemos de habituarnos a mundos en donde fenómenos que nos parecían imposibles son cada vez más comunes. Es lo que concluye Nassim Taleb en «El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable». Y es también lo que vivimos y sufrimos a partir del 18 de octubre, cuando los acontecimientos concomitantes al movimiento social alteraron todas nuestras agendas y el normal desarrollo de las comunidades educativas.
En ese contexto explosivo y adverso, intensificamos esfuerzos para ser respuesta y apoyo efectivo a nuestros afiliados. Ahora que la situación ha mermado en violencia y conmoción, podemos evaluar con más calma y perspectiva el trabajo del presente año. Valoramos en primer lugar la unidad generada entre todos, así como el aliento recibido para hablar con autoridades, orientar las decisiones y concluir el plan de trabajo propuesto para el año.
En apoyo a la gestión directiva y al liderazgo pedagógico, destacamos la capacidad de respuesta ante temas que nos preocuparon a todos, como son por ejemplo el ajuste curricular en la Enseñanza media y las nuevas bases curriculares para la Educación parvularia, o la necesidad de reformular los reglamentos de evaluación. Para ello buscamos los profesionales que pudiesen informamos y capacitarnos en lo más crítico, organizamos un seminario de educación con seis cursos en paralelo, bajo la modalidad taller, además de las charlas magistrales de José Weinstein y Daniel Halpern. Pero no solo nos importó la formación de directivos y profesores. También estuvimos atentos a las orientaciones vocacionales de nuestros estudiantes. A tal fin, organizamos la segunda versión de la Feria Vocacional Fide. Fruto de ese exitoso trabajo, nace hoy la Red de Orientadores Fide Sexta Región.
De este modo cerramos un año de trabajo complejo y exigente, como ha sido para todos, pero con la convicción de habernos esforzado en responder del mejor modo posible, y en todos los frentes, a las necesidades de los colegios afiliados. Es lo que concluimos en el último encuentro celebrado este año, en el Liceo San José de Requínoa, cuando el Directorio dio cuenta de los objetivos y acciones logradas. Lo que aún está pendiente, a causa de la contingencia, es la clausura de la competencia deportiva, liderada por la rama extra-escolar de nuestra federación.
Sin lugar a dudas, los tiempos futuros seguirán siendo complejos y desafiantes. Y allí estará Fide en apoyo y colaboración con quienes creen y confían en nosotros, porque una convicción puede más que mil barreras.
Humberto Palma Orellana Presidente FIDE Sexta Región